Jueves, 22.00h. Un servidor, tumbado en el sofá, asiste a una de las lecciones magistrales de su padre, a quien llamaremos Opá, que llega iluminao perdío.
-Opá: Niño, tú sabes lo de los talonarios Bancotel?
-Opá: Que los puedes usar para pagarte el hotel en Dublín. La niña de Miguel se los ha sacado por 50 euros pa' San Valentíns.
En ese momento, el niño, siente un intenso escalofrío. Esas palabras mágicas, " La niña de Miguel ", abren una puerta interdimensional, un agujero de gusano, que automáticamente nos traslada, a través de pliegues en el espacio-tiempo, a un universo paralelo de surrealismo, donde los demás consiguen todo a mejor precio y en mejores condiciones que uno, sea lo que sea
-Niño (levantando ceja derecha): Opá, si el viaje se contrata en paquete, no hay talonario que valga. Se paga por adelantado, creo. Además, habrá que ver si el hotel en que caigamos, los acepta.
-Opá: Yo no sé. Yo nada más sé que* la niña de Miguel se ha sacao no-se-cuantas noches tirás de precio. Y con el vuelo igual ¿Eh?
(*) "Yo no sé. Solo sé que..." = "No tengo ni puta idea de lo que hablo, pero aún así estoy seguro de que..."
¡Horror! Mi padre ha dejado de ser mi padre. Súbitamente ha entrado en un bucle infinito, que le impide articular algo que no sea la niña de Miguel. Debe ser un bug. A ver si le actualizo elfirmware un día de estos...
-Niño: ¡Huy, mira, Opá! ¡Ronaldinho!
-Opá: ¡Mi migoo, mi migoo!
(Sacado de la bitácora de Tupolev en Barrapunto)
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